Reducen hasta 5 grados la temperatura interior de un edificio en verano y curiosamente, mantienen la temperatura en invierno;
esto genera un importante ahorro de energía por el menor uso de calefactores o aires acondicionados.
Cada metro cuadrado provee el oxígeno suficiente como para una persona durante todo 1 año. Dan un toque estético de sofisticación y cuidado al entorno. Aumentan la plusvalía de la zona.